Tipos de duelo - Duelo patológico

Tipos de duelo

 

La muerte de un ser querido es un duro trance ante el que no existe una reacción uniforme. Hay quien actúa como si nada hubiera pasado y hay quien se instala durante mucho tiempo en una fase aguda de depresión.

 

1. Duelo Retardado

Tiene las características típicas del duelo normal, pero no suele iniciarse tras el fallecimiento, sino trascurrido un tiempo. Generalmente, entre 2-3 semanas y, en ocasiones, varios meses.

 

2. Duelo Ausente

No aparece la reacción emocional y el presunto doliente actúa como si no hubiera ocurrido nada.

 

3. Duelo Crónico

Se instala en la fase más aguda del duelo y muestra durante años síntomas ansiosos, depresivos y una preocupación continua y obsesiva por la figura del fallecido. En realidad, puede ser una forma patológica de duelo complicado.

 

4. Duelo Inhibido

E cuando hay incapacidad para expresar claramente el pesar por la pérdida por limitaciones personales o sociales. Suele acompañarse de retraimiento, dedicación obsesiva a la atención a terceros, etc.

 

5. Duelo Desautorizado

Se produce cuando el entorno que nos rodea no acepta el duelo. Es el caso de los viudos/as mayores a los que la familia, transcurridos unos meses del fallecimiento del cónyuge, la familia reprocha que sigan en duelo “porque la muerte de una persona mayor es algo normal”.

 

 

¿Cuándo el duelo se convierte en patológico?

 

Hay circunstancias que pueden convertir el proceso de duelo en patológico, atípico, anómalo. La muerte súbita e inesperada; la relación de dependencia de la persona fallecida o la ausencia de apoyo familiar pueden ser causas de una reacción pueden ser algunas de las causas.

 

Para superar el duelo hay que vivirlo. Pero si nos negamos a entrar en alguna de sus fases, si reprimimos emociones dolorosas, pueden surgir síntomas patológicos, relacionados con la necesidad de permanecer unido al ausente. He aquí algunos síntomas:

 

• Sentimientos de culpa, por no haber hecho lo posible por evitar la muerte, de no haber sido suficientemente diligente o afectuoso con el fallecido.

 

• Pensamientos de muerte. El vivo debería haber desaparecido junto al fallecido, o incluso haber muerto en su lugar.

 

• Sentimientos de inutilidad. Ya nada tiene sentido, sin el difunto la vida carece de interés, sin él o ella nada es igual, no vamos a poder hacer frente a la vida.

 

• Experiencias alucinatorias. Oír la voz del fallecido o ver fugazmente su imagen.

 

• Confusión.

 

• Lentitud psicomotora y deterioro de algunas funciones orgánicas.

Cuando aparezcan los síntomas del duelo patológico, conviene acudir al médico de cabecera. Y, si es necesario, al psicólogo.

 

 El Equipo de PsicoAyuda

 

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