Practicar sexo

¿Es bueno para la salud practicar el sexo?

 

El doctor Michael Liebowich, en los años noventa, descubrió que la excitación sexual y el placer erótico, que genera el deseo sexual, son consecuencias directas de las descargas, en los niveles de los neurotransmisores, que llevan mensajes químicos de una célula nerviosa a otra. 

 

Dichos neurotransmisores se activan cuando una imagen codificada como sexual aparece en el campo de la percepción de los sentidos o en la imaginación, interviniendo en el orgasmo. 

 

La sensación de relax y de bienestar la provoca otra hormona la endorfina que tiene un efecto narcótico y tranquilizante. Todos estos descubrimientos han llevado a continuar las investigaciones relacionadas con los efectos de la respuesta sexual en el organismo humano.

 

No hay casi diferencia entre el sexo practicado en compañía o el realizado en soledad, la satisfacción de ambas conductas puede que desde lo subjetivo no sea la misma, pero físicamente sí lo es. La sangre de una persona que acaba de masturbarse y la de alguien que acaba de acostarse con el amor de su vida tienen la misma composición.

 

La primera conclusión: La resistencia a las enfermedades está íntimamente relacionada con la satisfacción sexual. El deseo sexual, la excitación, el orgasmo y el relax producen, en el cuerpo de los que los sienten, ventajas biológicas innegables.

 

Todos los que practican una relación satisfactoria consigo mismos o con una persona de su agrado, por los menos dos veces a la semana, incrementan en un 30% los niveles de inmunoglobulina (que defiende de las infecciones), lo que a su vez favorece una mayor resistencia a las enfermedades y hace que las heridas cicatricen más rápidamente.

 

El bienestar, el relax y el control de la tristeza que producen las hormonas que se fabrican durante el acto sexual se añaden a las ventajas inmunológicas, recientemente descubiertas.

 

Además de los descubrimientos de Michael Liebowich, los nuevos endocrinos han encontrado también dehidroepiandrostona y oxitocina que favorecen el aprendizaje y la longevidad.

 

 

Un juego beneficioso para la salud 

 

Por otro lado, hay una segunda conclusión: tener sexo, mejora la calidad del semen. El estudio realizado en Australia por el doctor David Greening, especialista en fertilización in vitro, concluyó que después de 7 días de tener sexo, diariamente, se mejora la calidad del semen. 

 

"Parece seguro concluir que las parejas con parámetros de semen relativamente normales deberían practicar sexo a diario durante hasta una semana antes de la fecha de ovulación", explicó el Dr. Greening, del Instituto Sydney IVF. La idea sería mejorar la cantidad y calidad del semen antes de intentar la fecundación. 

 

Durante la investigación se observó los casos de 118 hombres con problemas graves en el ADN de sus espermatozoides. Después de 7 días de eyacular diariamente, el nivel de su semen había subido, mientras que el índice de fragmentación del ADN, un daño muy común, se había reducido del 34 al 26 por ciento. 

 

Según Greening, la mejora en el semen se debe a la eyaculación frecuente que reduce el espacio de tiempo en el que los espermatozoides se ven expuestos a moléculas potencialmente dañinas, como el oxígeno reactivo, que se encuentra en los conductos testiculares. 

 

"En el contexto de la reproducción asistida, este tratamiento sencillo puede ayudar a mejorar la calidad del semen y finalmente a la consecución de un embarazo", sostuvo Greening.

 

Estos excelentes descubrimientos ratifican lo que hace casi un siglo descubrió Wilhem Reich cuando nos habló de la “Función del Orgasmo” en la felicidad y la libertad humanas, pero conviene que estos descubrimientos que nos llegan de EEUU, individualistas y productivos, no modifiquen la visión romántica y placentera que tenemos del sexo.

 

Pretender justificar el tener sexo por una razón sanitaria, es tan perniciosa como decir que hacer el amor es sólo para la reproducción. No nos puede recetar el médico: “dos orgasmos dos veces a la semana”. Pero hay que ser consciente de los beneficios de tener sexo, sin caer en el error de intentar “domesticar” al sexo convirtiéndolo en algo al servicio de algo, sea lo que sea.

 

El sexo es, en la pareja, un juego sin reglas fijas y, como todos los juegos de esta categoría, tiene la propiedad de devolvernos al tiempo de lo “inútil”, de lo “innecesario”, de lo divertido, de lo que se hace simplemente porque sí, es decir, al tiempo de los largos veranos de la infancia, al “Paraíso”.

 

Posiblemente las virtudes del sexo, de las que hablan los estudiosos, estén en que hacer el amor nos hace por unos segundos dueños del mundo. Si lo convertimos en una receta, seguramente perderá todos sus beneficios. Primero, divertirse, hallar placer; después, ser consciente de todo lo demás: sensación de bienestar, resistencia a las enfermedades, mejor calidad de semen, longevidad, capacidad de aprendizaje…

 

El Equipo de PsicoAyuda

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