TIEMPO PARA LA PAREJA

 

  Mi marido y yo tenemos un be­bé de cinco meses y no encon­tramos tiempo para dedicar a la pareja. Nos sentimos cansa­dos y distantes. Mi marido tra­baja todo el día y, cuando llega a casa, solo quiere descansar. Yo, por mi parte, vivo pendien­te del niño y se me hace difícil poder ocuparme de otras cosas. Tengo miedo de que nos aleje­mos sin darnos cuenta.     Fabiana - Córdoba - España

 

Estimada Fabiana: Dices que tienes miedo de que os alejéis sin daros cuenta, de modo que parece que sí os per­catáis de lo que sucede, y ese es un primer gran paso. Cree­mos que lo que os ocurre es comprensible: la llegada de un hijo es algo maravilloso, pero también implica un cam­bio en el día a día y en la diná­mica de la pareja. Aprender a combinar los roles de esposos con los de padres es una tarea difícil que lleva tiempo y en­trenamiento. Os sugerimos que habléis lo más abierta­mente posible sobre lo que os pasa a cada uno. Seguramen­te tendréis que buscar el mo­do de fabricaros activamente tiempos y espacios para estar juntos los dos y no esperar a que estos tiempos aparezcan por sí solos. Como suele de­cirse: a veces lo urgente no de­ja tiempo para lo importante... Un punto a tener en cuenta es reconocer que estos reencuen­tros serán distintos de aque­llos que teníais antes de que naciera vuestro hijo, puesto que vosotros tampoco sois los mismos. Aprender a descu­brirse mutuamente en esta nueva etapa puede ser un de­safío y, a la vez, una aventura sumamente estimulante.

VIVIR CON UNA ENFERMEDAD CRÓNICA

 

Durante los últimos dos años he venido sufriendo fuertes do­lores de estómago debido al es­trés laboral y, recientemente, los médicos me han diagnos­ticado síndrome de colon irri­table. La noticia de padecer una enfermedad crónica ha sido un choque muy fuerte para mí. ¿Cómo se puede aceptar tener una enfermedad para toda la vida y verse obligado a seguir una medicación?    Sergio - San Luis - Argentina

 

Estimado Sergio: No pretendemos ofenderte con lo que vamos a decirte, pero nos da la impresión de que el modo en que planteas tu pre­gunta tiene bastante que ver con lo que te ocurre. Lo que queremos decirte es que pare­ce que vives el hecho de pade­cer el síndrome de colon irri­table como algo "terrible"; y, si bien es cierto que es una en­fermedad molesta y que no de­saparece fácilmente, no es irre­versible ni incapacitante. El colon irritable es, al menos par­cialmente, de causa psico-somática. Como vos misma decís, la raíz de tus problemas esto­macales está en el estrés que te han generado ciertos pro­blemas laborales. Es probable que con estos problemas te su­ceda lo mismo que con la en­fermedad: seguramente pensás que son algo terrible y que no tienen solución. Y todo ello acaba, por supuesto, generán­dote mucho estrés... Te propo­nemos que intentés tomarte las cosas con más calma, en particular en tu trabajo; redescubrí las cosas agradables que tenés, aún cuando tengás que enfrentar esta situación difícil.

MI MARIDO NOS LLEVA A LA RUINA

 

Mi marido es muy buena per­sona, pero se mete en negocios que le suelen salir mal. Esto nos pone en situaciones difíciles una y otra vez, pero él funcio­na de esta manera: dice que no podría trabajar por cuenta aje­na. Ya no sé qué hacer, hasta me planteo separarme porque esto me hace sufrir mucho.     Raquel - Murcia - España

 

Estimada Raquel: Antes de tomar una decisión tan importante como la de se­pararte, prueba a comunicar­te con tu marido de la forma más clara y serena que sea po­sible y escucha su respuesta con la misma atención e interés que pides. Tu desafío consiste en ex­presar exactamente lo que sien­tes y piensas sin ofenderlo, me­nospreciarlo, ni agredirlo.

Te sugerimos que le cuentes a corazón abierto lo que tú sien­tes cada vez que él se arriesga en un negocio que no es nada seguro. No le reproches lo que hace mal, ni le hagas sentir cul­pable del fracaso económico de la familia. Simplemente, píde­le que escuche lo que te suce­de a ti, cuéntale que te sientes insegura o desprotegida.

Seguramente, ninguno de los dos sabéis lo que al otro le pa­sa, piensa o siente. Muchas ve­ces es así. Proponle tomar jun­tos las decisiones laborales, pero no esperes que cambie inme­diatamente. Tú también pue­des mudar de actitud para acer­carte y comunicarte con él, y eso va a llevaros un tiempo que, por supuesto, vale la pena.

ME SIENTO INFRAVALORADO

 

Tengo 38 años y desde hace 12 comparto la vida con mi actual pareja. La quiero mucho, pero siento que en ocasiones me in­fravalora. En conversaciones con amigos le encanta hablar, pero cuando lo hago yo siem­pre hay algo en lo que me equi­voco y tiene que puntualizar, como si lo que yo digo no fue­ra lo suficientemente intere­sante. En otras cuestiones tam­bién se muestra maternalista. ¿Qué puedo hacer para cam­biar esta dinámica?

Esteban - Zurich - Suiza

 

Estimado Esteban: Creemos que sería muy con­veniente que hablases con tu pareja, contándole, sin acusar­le, cómo te sientes realmente. Sin embargo, nos parece que tu tarea más importante está en relación contigo mismo. Muchas veces proyectamos en los demás nuestra percepción de nosotros mismos -en espe­cial cuando nos encontramos con aspectos que nos desagra­dan- y acabamos enfadándo­nos con ellos porque creemos que son ellos quienes nos con­denan. Nos parece que tienes por delante un trabajo de autoexploración para descubrir en qué facetas no te sientes conforme contigo mismo pa­ra luego ocuparte de desarro­llarlas. Es posible que uno de los aspectos que tengas que trabajar sea la madurez. Además de sus propias cues­tiones, puede que tu pareja se muestre maternalista contigo porque, a lo mejor, tú ocupas un lugar algo infantil en vues­tra relación. Seguramente, si cambias tu rol y tu actitud res­pecto a ella, toda la dinámica de pareja se modificará.

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